Casa Palomo

Nos gustó mucho el restaurante, es pequeñito pero lo justo para un trato exquisito,,muy amables, atentas gran trato, muy acogedor, la comida excelente. Todo muy rico y de gran calidad. Muy recomendable.

Este restaurante, pequeñito y algo escondido es toda una sorpresa para quien disfruta del buen comer. Decoración muy castellana a la vez que confortable. El poco espacio está muy bien distribuido de manera, que, aunque parezca increíble, se puede obtener intimidad en la mesa aún estando en las altas de la barra sin tener la sensación de estar “apretados”. El servicio es muy bueno, amable y rápido. La carta no es muy grande pero lo que más sorprende es que fuera de carta hay incluso más platos y variedad que en la propia carta (al menos ese día). Nos dejamos aconsejar y elegimos como entrantes unas deliciosas alcachofas y pulpo a la brasa (ambos estaban fuera de carta) y sin lugar a dudas acertamos 10 sobre 10. Los segundos también estuvieron a la altura: unas chuletas de lechal y un solomillo. Para acabar, no podía faltar el bizcocho borracho, postre típico de Guadalajara el cual estaba en su punto. Ha sido una muy buena experiencia que sin duda repetiremos. Eso sí, hay que reservar con bastante antelación, pero merece la pena.

Restaurante con productos de gran calidad y una cocina que sin la necesidad de recurrir a florituras sabe hacerlos a la perfección. Los mejores espárragos trigueros con huevos escalados que he probado hasta la fecha están en Casa Palomo, hechos en su punto, muy tiernos por dentro, doraditos por fuera y con mucho sabor. Buen rabo de toro, tierno y sabroso. Los torreznos de aperitivo también estaban deliciosos.

Pequeño restaurante de corte tradicional y comida castellana en pleno centro de la ciudad. Es uno de los mejor valorados de la ciudad y no decepciona. Al ser muy pequeño es casi obligatorio hacer reserva. De hecho, mientras comíamos, vimos como 5 o 6 grupos de personas llegaban sin reserva y se tenían que dar media vuelta porque no había nada disponible. El servicio es de 10. Rápido, eficiente y amigable. Nos incomodó un poco el hecho de que nos repitieran tanto la hora a la que se nos acababa la reserva. Supongo que algunos clientes no entienden que si tu mesa está reservada para tal hora, tienes que irte antes... Pero tampoco hace falta que te lo recuerden por teléfono, al entrar, al tomar comanda y al pedir más bebidas. De entrante pedimos unas migas para compartir. Plato generoso, sabroso. Muy muy bueno. Totalmente recomendable. De principal, el rabo de toro, también para compartir. La carne parecía mantequilla, se cortaba con el tenedor. La salsa, Intensa, con mucho sabor, te va a dejar ganas de chupar el plato. Sencillamente espectacular. De postre pedimos la torrija caramelizada. Decir que es una maravilla es quedarse corto. Fue una de las mejores que probamos recientemente (por no decir que prácticamente en la vida). No sabemos qué tal serán los otros postres, pero esta es una de las mejores opciones sin lugar a dudas. Con todo eso que pedimos para dos no es que saliéramos rodando pero acabamos más que satisfechos. Además, muy buena relación calidad precio. Muy contentos con la visita. Si volvemos a Guadalajara, volveremos a comer aquí. ¡Lo recomendaremos a todo el mundo!

Si buscas un sitio donde comer comida tradicional y de calidad, aquí es. Tanto la calidad de los platos como la preparación nos gustó mucho. El cabrito cochifrito estaba buenísimo, además de las patatas que lo acompañaban. Las setas y el jamón también muy recomendables. Es un sitio para comer con calma, pero la espera se hace muy llevadera; siguen muy bien los ritmos de los entrantes y además nos invitaron a un entrante de tortilla de patata y torreznos. Por otra parte, la dueña es muy agradable. En cuanto a disponibilidad de mesas, poca. Hay que reservar con bastante antelación, pero merece la pena.

Estuve hace un par de meses. Fui recomendado por un amigo. Me hice 680 kilómetros (ida y vuelta) expresamente para comer allí. Y por una cosa, u otra, olvidé escribir una reseña. Creo, que para un sitio de restauración, lo mejor que se puede decir es que comer allí, "es disfrutar de la comida". Con esa frase, lo englobo todo. Cada uno de esos 680 kms, merecieron la pena. Espero poder hacerlos de nuevo en breve.

Un 10 en todo estuvimos comiendo y la verdad que es un sitio súper agradable con un personal muy atento la comida está deliciosa , y aunque es un sitio pequeñito, no tienes sensación de agobio A recomendar el tomate con ventresca y las judías blancas con perdiz, es verdad que las croquetas y los pimientos nos los esperábamos mejor pero bueno, la tarta de queso está muy buena también Es un restaurante que no conocíamos , porque está en un sitio un poco escondido. Pero la verdad que merece la pena Relación calidad-precio razonable Repetiremos seguro

Vaya sitio! Ambiente del de toda la vida. Servicio genial. De la comida, lo que yo comí: croquetas muy ricas (las de mi suegra y mi madre mejores, pero… ) las mollejas MARAVILLOSAS!!! Estoy de viaje, y lo he descubierto tarde. Volveremos para probarlo todo. MUY RECOMENDABLE!!