Amaltea

Todo genial. El personal súper atento y servicial a pesar que le pillo solo en la atención de mesa y nos lo avisó, no se notó. La Comida buenísima. Si vas a Cáceres no te vas arrepentir de comer allí.

Estupenda experiencia. No teníamos reserva pero tuvimos suerte. La atención de primera, amables y atentas las dos personas que estuvieron con nosotros. El tartar de tomate es una delicia. Pedimos dos brioches de morcilla y patatera, muy ricos. Lingote de cochinillo a baja temperatura y una pasta, rigatoni con guanciale. Todo delicioso. Las recomendaciones de vino acertadas. Una gozada. Incluso nos pidieron "disculpas" por compartir sala con dos grupos grandes, siempre más ruidosos. No fue para tanto, pero se agradece el detalle y para compensar disfrutamos de una mesa con vistas a la Plaza Mayor. Ah, casi no podiamos más, pero la torrija estaba chuparse los dedos. Más que recomendable.

Fuimos a comer en pareja por San Valentín. Todo un acierto. La comida espectacular. Recomiendo los brioches y las gyozas. Aunque todo estaba bien rico. El trato muy bueno, el ambiente muy intimo, musica de fondo romanticona. Vistas a la plaza mayor. De precio asequible. Seguramente repeterimos.

Buen restaurante con cocina bien elaborada. Precios razonables y buen servicio también en un día muy concurrido.

Magnífico servicio por parte de Mary e Ignacio. La comida riquísima, muy elaborada y bien presentada. Pedimos: tartar de tomate, croquetas de patatera y de queso azul con nueces, gyozas de carabineros y lingote de cochinillo a baja temperatura. Un vino de la tierra Marqués de Valdueza para regarlo. Un diez de sitio y de comida.

Una experiencia muy buena. La comida excelente, nada que decir al respecto salvo buenas palabras. El carpaccio muy bueno, las gyozas también y el solomillo Wellington, aunque no es de mis preferidos, estaba muy conseguido. El espacio es lo que más me ha gustado. Un sitio pequeño y muy exclusivo que te permite tener intimidad y comer o cenar de manera tranquila. El servicio, estupendo, salvo por el exceso de recomendaciones que daban. Por un lado lo valoro ya que ayudan al comensal, pero hay que dar Libertad al cliente para que elija lo que uno desea. Este punto es algo personal y para nada refleja la calidad del local que, vuelvo a repetir, es excelente.

Hemos estado comiendo gracias a los comentarios que vimos aquí. Ha sido un acierto. Muy bien atendidos , ayudándonos para decidirnos en todo momento. Gran carta de vinos. Si podéis reservar con tiempo pues es pequeñito. Las vistas a la plaza mayor perfectas. La comida de 10. Pedimos unos brioche de patatera y morcilla ( a cada cual más bueno). Después seguimos con unas gyozas ( increíble el sabor) y para terminar un arroz con presa ibérica ( espectacular) . De postre una tarta de manzana muy rica. Os recomiendo que os dejéis aconsejar por ellos a la hora de pedir.

La comida de 10. Pedimos el jamón, espectacular; el brioche que muy bueno y las gyozas (100% recomendadas). De principal el Wellington para mi pareja y para mi los rigatonni. Todo espectacular!!! Además, nos atendió un chico rubito con gafas doradas que la verdad que hizo que la experiencia fuese un diez. Creo que tuvo un problem con otro camarero y la verdad fueron súper discretos, pero yo nunca me había encontrando con un camarero tan profesional y tan amable sin ser exagerado. Un sitio súper recomendable!!!!!