Böka Comida Rica

El local es bastante pequeño, solo hay mesas fuera y sin veladores. Si llueve te mojas, si hace calor, te asas. Los camperos están bien pero no para el precio que tienen, me parecen demasiado caros al igual que las patatas, para el precio que tenían venía muy poca cantidad, aun así estaban buenas. Es autoservicio.

Las dos rubias que trabajan allí tardan muchísimo en servir la comida porque se ponen a cantar en la cocina. El buen ambiente de trabajo es fundamental pero cuando te traen las patatas fritas lo último y tarde lo que menos espera el cliente es una actitud pasota. Cuando nos comemos la comida observamos que había un pedazo de guante dentro de las patatas y que el pan era de antes de ayer. Lo único bueno era la limpieza del local y nos encontramos un trozo de guante.

Llegamos para comer allí y solo hay en el exterior, con este calor las sombrillas estaban cerradas y el sol dando de lleno en todas las sillas. Las mesas estaban todas sucias y no tuvieron el detalle ni de pasar un paño cuando nos sentamos. Para pedir tuvimos que esperar ya que el chico del mostrador y la cocinera estaban intercambiándose algún que otro gesto cariñoso. Te atienden con desgana y no revisan la comanda. La comida tardó bastante y eso que no había más clientes para comer allí, ni tampoco se acercaba nadie para recoger. La salsa de uno de los campizzas estaba agria. No volveré mas.

Fui hace poco y el trato fue inadecuado. En mi opinión, dejó mucho que desear para un trabajo que involucra interactuar con el público. El campero "Toti al whisky" estuvo muy bueno; lo recomiendo. Sin embargo, las patatas gratinadas rancheras, para mi gusto, no estuvieron a la altura. Además, considero que la comida es un tanto cara, aunque está buena. Lo que no me gustó en absoluto fue que, al llegar al local, tardaron en atendernos porque estaban charlando en la cocina. Cuando pedí, el chaval que me iba a cobrar no sabía muy bien cómo funcionaban los tickets, por lo que llamó a otra trabajadora llamada Elena. Ella tardó en venir tras varias llamadas del chaval de la caja, lo que prolongó aún más nuestra espera. Cuando finalmente tuvimos la comida, nos sentamos afuera, con la mala suerte empezó a llover. Decidí mover un poco las mesas y sillas (medio metro como mucho) hacia adentro para evitar mojarnos, aunque fuera un poco debajo del techado. En ese momento, apareció la trabajadora Elena y nos dijo, con poca empatía y con la puerta entreabierta(solo se le veían los ojos), que no podíamos estar ahí porque los vecinos se quejaban. En mi opinión, fue decepcionante que alguien que trabaja de cara al público carezca de esa delicadeza cuando nos comentó lo mencionado anteriormente a una distancia de 5 metros. Sinceramente, esperaba un trato más considerado y cuidadoso; unas simples palabras como "lo siento" o "entiendo que quieran resguardarse de la lluvia, pero los vecinos se quejan" habrían sido suficientes. Por acciones como esta, a pesar de la calidad de la comida, no volvería a este local; la actitud hacia el cliente es primordial, incluso por encima de la comida.

Demasiado caro. Los camperos muy secos, el pan parecía viejo. Cuando llegamos teníamos dos pedidos por delante, los bocadillos los prepararon muy rápido, eso sí estuvimos esperando al menos 40 minutos para que nos hicieran las patatas gratinadas (que no eran nada del otro mundo) mientras los bocadillos se enfriaban en una bolsa. No recibimos ningún tipo de disculpa por parte de los empleados. El personal mostraba una actitud infantil y poco interesada por el cliente. Más que atendiendo al público parece que estaban en el patio del colegio. Para nada dan una buena imagen. Por todo lo dicho, para mí el local no merece la pena.

La comida está muy bien, nos atendieron perfecto y todo llegó rápido. El campero “toti al whisky” recomendadísimo. Vine con miedo por las reseñas, pero vuelvo sorprendido. Lo único malo que la bebida en lata ya queda un poco cutre, pero buena experiencia. Repetiría.

Hicimos un pedido online, el tiempo estimado de espera fue normal. Nos sorprendió mucho que el pan de los camperos parecía viejo o descongelado, deja mucho que desear ya que tienen un precio bastante elevado.

La comida llegó fría, pedimos campero chivata que es de pollo y viene con lomo. Tardo en llegar la comida 1'30 aproximadamente.