La terraza del zoco

Está visto, que gracias a Google Maps no hay forma de publicar esta reseña. Reseña que en mi humilde opinión, no incumple ninguna de sus políticas. Así es que, vuelvo a editarla... y a ver que pasa. Es un local donde teníamos grandes expectativas en cuanto a comer bien. Es cierto, que eso se cumplió ampliamente. No fue así con el servicio recibido entre plato y plato, el cual se demoró más de treinta minutos. No se entiende que con reservas confirmadas con la antelación suficiente, el gerente del establecimiento no contrate a las personas que vaya a necesitar acorde a estas necesidades. Lo que no es de recibo, es tener que esperar demasiados minutos al siguiente plato. Y no sirve que me digan, que el comedor estaba lleno. Sin embargo, en la cuenta nos invitaron a los tres platos de arroz con vieira y gambas que nosotros agradecimos. Aún así, lo único que han conseguido es que no vuelva.

Me atrevo a decir que en cocina, lo mejor de Torrejón. La milhoja de rabo de toro, "zamburiñas", croquetas de cecina, cochinita pibil y la "italiana" buenísimas, bao de secreto y bao de calamares...las alcachofas... Todo bien ejecutado. De precio 120 por cinco personas con copas de vino y postre me parece bastante ajustado. Volveré de fijo, especial mención a la camarera que nos atendió que daba gusto.

Es la primera vez que he ido a este restaurante y creo no será la última. Ambiente tranquilo y bien decorado, servicio atento y educado y comida bastante buena en relación calidad-precio. Lo recomiendo! Pd. La comida riquísima, pero el postre de torrija…. Espectacular! Os dejo algunas fotos.

Hay restaurantes mediocres, normales, buenos y muy buenos. Pero la Terraza del Zoco es excelente, un regalo en el centro de Torrejón. Un ambiente muy acogedor, una calidad en los alimentos extraordinaria, una cocina de 10 y un trato por parte del servicio de excepción. Gracias por una vela perfecta. Recomendación: Zamburiñas, milhojas de rabo de toro y alcachofas con romescu. Y para finalizar un arroz con leche riquísimo.

Un gran descubrimiento. Un restaurante para ir hasta probar todos sus platos y después seguir acudiendo con cierta asiduidad. Todo buenísimo y raciones generosas para el precio. Probamos las berenjenas, las vieiras, la ensalada de burrata, las croquetas de cecina y las patatas hojaldradas. Lo más especial me parecieron las patatas, pero todo estaba muy muy bueno. Si vais dos, pedid media de la de berenjenas, que son contundentes. La tarta de queso, exquisita y además no llena como otras similares. La atención muy buena y por poner una pega, la puerta exterior, que se queda atrancada y si te pilla al lado en estos días de frío, tienes que andar levantándote porque los camareros no están pendientes de esto. Es un detalle sin importancia pero que yo arreglaría precisamente por eso.

Comimos en la terraza y de maravilla. Comida espectacular, las croquetas y el arroz meloso así como las milhojas están impresionantes. Si bien es cierto que los tiempos de espera entre plato y plato fueron un poco elevados la espera mereció la pena. Volveremos.

He estado un par de veces tomando un picoteo a la hora de la cena y a parte de que la carta es muy variada y original, la atención es sobresaliente. La decoración está bien cuidada. Para mejorar, el ruido ambiente.

Ayer estuvimos en este restaurante debo decir que la comida deliciosa, el servicio de nuestra camarera muy bueno, un ambiente agradable. Pero el tiempo de espera entre plato y plato es desesperante.