Posada de San José

Yo sólo hice uso del restaurante, no de la posada como tal. El restaurante es magnífico, el edificio en sí tiene mucho encanto y está muy bien cuidado. Todo el personal fue muy amable y la comida y está estupenda, muy buena. Me gusta bastante la variedad de la carta, incluso que tengan algunos platos que presentan fuera de carta pero te informan. Está muy bien de precio y muy cerca del casco viejo. Es muy muy recomendable y es mejor reservar aunque creas que no. Lo único negativo es relativo al café, no me gustó mucho la verdad, un sabor muy tostado.

Una señora que no hablaba muy bien español nos atendió, rubia con el pelo corto. Nos echó de allí en 1 minuto con sus malas formas y su mala educación… en tono burlesco y muy feo , nos dio la sensación que se quería reír de nosotros cuando le dijimos que íbamos a comer y dejábamos los perros en la habitación, riéndose. Nos dice que admiten mascotas pero no se pueden quedar solas ni tan siquiera para salir a comer… por política es lo recomendable, pero ella nos lo prohibió. Lamentable.

El precio de las habitaciones (100€/noche) no corresponde con la calidad que ofrecen. Estuvimos en las habitaciones 21 y 22 que presentaban baños muy anticuados con aspecto de pensión de hace 30 años, limpieza muy mejorable en algunas partes de la habitación y que tenga un aspecto rústico no justifica que el mobiliario parezca sacado de un desván. Como destacable las vistas del comedor. El personal es amable.|En resumen, buscaremos otro hotel para la próxima visita a Cuenca ya que cerca de éste hay otras opciones con mejor aspecto.

Fuimos a comer y nos gustó muchísimo, vistas espectaculares a cuenca. Y la comida muy buena, lo recomiendo mucho si vais de visita a cuenca. La tarta de queso espectacular, la mejor que he probado en cuenca.

Es un placer alojarse en una casa colgada de Cuenca con un toque rústico y tradicional que nos sumerge en el ambiente medieval de Cuenca. La habitación es amplia y cuenta con todas las comodidades de un hotel. Fuimos con un bebé y todos los empleados se esforzaron por echar una mano haciendo gala de amabilidad.

Ambiente muy agradable (parecía que nos habíamos transportado en el tiempo) y tranquilo. Personal muy atento. Unas buenas vistas desde el salón comedor, tomamos el desayuno allí (sencillo pero rico). Muy bien situado, con un parking muy próximo concertado con el hotel.

Estuve en Cuenca y aunque noe.alojaba aquí, me.lo recomendaron para desayunar y empezar el día en su salón, con vistas increíbles a la montaña y al Parador. Tú e suerte y cogí una mesita la lado de la ventana El desayuno tipo buffet con fruta, bollería algo de fiambre, agua, zumos y pan para tostar, cereales y leche La camarera te servia el café.

Pasé tres noches en esta bonita posada que está en la parte alta de Cuenca, en plena zona histórica, cerca de la catedral y las casas colgadas.||Como está al borde de la hoz del río, la casa tiene al menos tres pisos hacia abajo y no hay ascensor. Si te dan habitación abajo del todo puede ser un poco incómodo.||En mi caso la habitación (la número 2) era austera como la celda de un convento, pero con todo lo preciso. Vistas muy bonitas, cama muy cómoda y baño correcto.||El desayuno es muy completo y se hace en un salón con un ventanal maravilloso.||En fin, una posada llena de encanto que si reservas con tiempo te saldrá un poco más barata.muy recomendable