Puxa Asturies

Es la segunda vez que como aquí y la verdad está muy bien el servicio, comida y lugar. Te ponen una botella de sidra fácil de servir para tener espuma. Nos atendió una chica muy maja. Me encanta, lo recomiendo.

Fui con una amiga una tarde, nuestras peques tenían un cumple allí y decidimos aprovechar a ponernos al día y tomarnos algo juntas. Nos dio un poco de hambre así que pedimos unas croquetas mixtas. La de chipirón nos encantó. Estaban cremosas y bien fritas. La de cabrales me temía que estarían muy dulces porque decía que tenían pasas pero no, las de cecina y puerro sabían mucho a cecina y poco a puerro. Estaban bien! Con las copas te ponen aceitunas. La terraza es amplia y es bonita. Nada del otro mundo, no iría a posta pero si me toca otro cumple probablemente vuelva. Además super amable la chica que nos atendió, le pedimos que solo nos pusiera una de cabrales y así lo hizo.

Fuimos a cenar un día entre semana 6 personas, y nos gustó mucho el restaurante, tanto por la comida como por precio. Es verdad que al ser un día entre semana, estábamos solos dentro del local (había gente en la terraza pero tampoco muchas mesas) y la atención por parte del camarero fue muy buena. Recomiendo el pollo para compartir entre dos personas, tiene un tamaño de sobra para dos y estaba muy rico.

Como siempre repetimos muy bien sitio y fresquito en la terraza es servicio rapidísimo y la comida como siempre rica rica

Primera vez en este lugar nos llamó la atención desde afuera. La atención una señora bastante seca con ganas de irse a su casa. La bebida bastante cara.Un zumo de melocotón 3,90€un acuarius 3,50€ una cerveza Cibeles 4,50€. Y las raciones muy caras y pequeñas. Pedimos unos chorizos a la sidra nada del otro mundo y 9€ Y una ración de pollo al ajillo 13€ tamaño pequeño y malísimo como si lo hubieran descongelado sobre la marcha, con sabor al aceite del chorizo. No pedimos postre. Para no volver.

Lamentablemente ha sido una completa decepción, de asturiano tienen la sidra, y para de contar. El cachopo deja mucho que desear, bastante escaso con el queso y la cecina paso a saludar. Aunque lo peor de la visita fue la tarta de queso que estaba estupenda con muy buen sabor, pero al llegar al final de mi porción me sorprendió un sabor muy fuerte, casi picante y a pesar de comentarlo con la camarera e invitarla a probar dicha tarta me insistió en que estaba buena y que no la iba a probar con la conclusion de que son imaginaciones mías (igualmente se me cobró). Desde luego es un sitio al que no repetiría y, mucho menos, recomendaría.

Nos echan nada más entrar. Entramos por la puerta y en vez de un hola nos dicen “tenéis una hora para comer”. Ya nos están condicionando a comer rápido e incomodos. No paraban de recoger todo y estar pasando al lado para meter presión. El cachopo de cecina no tenia apenas cecina, se lo comentamos y dice que es lo que hay y se va riendo. Un trato bastante desagradable por parte del que suponemos que es el encargado en ese momento. Tendríamos que cuidar un poquito más el trato hacia el cliente ya que es que te da de comer, y una sonrisa o ser amable no cuesta nada, por mucho que sea tarde.

El lugar tiene una buena decoración, está dentro de un centro comercial. La comida regular tirando a mala. Casi 20 euros por plato que no lo valen: un lomo salteado que era un filete sobre una base de patatas y un escalopin de pollo que estaba refrito. Demoraron bastante en traernos la comida.