Restaurante Balandro

El Balandro es uno de esos sitios donde siempre que vas sales contento. No hay día que vayas que un plato no esté bien. Solemos ir varias veces al año, sobre todo con celebraciones, porque siempre salimos satisfechos. Las almejas y los mejillones al amontillado están de muerte. No es la primera vez que pedimos otra ración más. Mi pareja siempre repite con el gallo con verduras porque tiene mucho sabor. Yo soy más de solomillo ibérico y la carne siempre está muy jugosa. Los demás platos rayan el mismo nivel. Para rematar nos solemos pedir un surtido de postres que tienen. En definitiva, si algún día quieres quedar bien con un compromiso o necesitas una velada especial, este es tu sitio.

La comida estaba muy buena y el servicio fue muy amable - aunque tardaron bastante en traernos la cuenta. Nos quedamos con ganas de tapear en la barra, pero comimos muy bien en el restaurante abajo. Pedimos la ensaladilla, el guacamole con gambas cristal y el paté de cabracho de entrante. Al centro el cazón en adobo y los chocos. Fue demasiada comida porque los entrantes son abundantes.

Comimos en la barra porque fuimos sin reserva y no había lugar en la parte del restaurante. Pedimos croquetas, ensalada de burrata, bacalao gratinado y Abanico de lomo. Lo mejor fue el bacalao, una explosión de sabores. Volvería a pedirlo sin dudas. Los platos eran abundantes, sin embargo dejamos un huevo para probar la selección de postres, que estuvo increíble! Precio razonable y el pan es riquísimo!

Un sitio sobrevalorado, los vasos sucios con manchas de grasa, la barra no la limpian entre un comensal y otro, comimos sobre migas, comida de quinta, un tartar de atún con mal aspecto, un personal en la barra que te ignora, como 15 minutos para colocarte la bebida y de manera impersonal dime que te pongo, la host de la entrada creo que se cree la dueña del lugar y si así fuese con su actitud espanta a los clientes. Les recuerdo que todo lo que sube baja y en Cádiz viven del turismo, no dejéis opacar su fama por malos servicios.

Local situado frente al mar con vistas excepcionales. Tiene una enorme zona de barra además de mesas. Bonita y moderna decoración. Limpieza absoluta y un servicio estupendo. Nada más entrar se nota la calidad. Amplia carta con numerosas opciones. Nos sorprendieron especialmente dos platos únicos, puntillitas con almejas al palo cortao con un sabor destacado con una salsa donde hicimos barquitos hasta agotarla. No es nada elegante, pero si muy sabroso. El otro plato eran torrijas con folie y jamón ibérico con manzana que es toda una delicia con esa mezcla de sabores dulces y salados. Algo que ni esperaba. Hasta de postre valdría. También los huevos rotos con camarones y salicornia estaba delicioso al igual que la fritura gaditana y el arroz con carabineros. Todo muy bueno pero los dos primeros por su originalidad nos encantaron y destacamos. Los postres también ricos y a destacar el chocolate negro al 70% con toques de sal y pimienta con virutas de naranja que por su originalidad y sabor también merece destacarse. En definitiva, altamente recomendable este restaurante

Fuimos con amigas y nos encantó tanto la atmósfera como la comida. Es mejor reservar con antelación. La comida muy fresca y esta ensalada es mi favorita sin mayonesas u otros ingredientes poco sanos combinación calidad precio bastante ok

Restaurante inmejorable en todo: recepción, limpieza, acogedor, servicio de camarer@s super atentos y amables, y que decir de la comida.. buenisimaaa Para volver con los ojos cerrados, muy recomendable

Disfrutamos mucho de la comida, en especial del caldero de arroz caldoso y la leche frita. El servicio fue bueno, atendieron primero a una mesa que entró después que a nosotros, y tuvimos que recordarles varias veces el pan. En un sitio recomendable pero le faltan pequeños detalles.