Restaurante El Bernardino

La comida exquisita, la sopa estaba a otro nivel, el cochinillo sumamente tierno y los huevos rotos preparados a la perfección, muy rico todo el almuerzo. La atención fue muy rápida y a pesar de la rapidez, en ningún momento nos sentimos apresurados por comer o salir, los camareros fueron muy atentos y respetuosos. Pidos disculpas por la estrella menos, soy enemigo de que me cobren el pan más aun si no lo he pedido y esto lo reflejo en la valoración. Fuera de esto, una experiencia para repetir (quitando el pan).

Gran DECEPCIÓN porque vine aquí directo por las muy buenas reseñas de google. Imagino que con la fama del cochinillo y el turismo de masas el centro de Segovia ha muerto de éxito. Si esto es cochinillo para 2 (52€), que baje Dios y lo vea... Lo peor que me intenten convencer que es así y que si nos parece poco que pidamos algo más de la carta. De sabor estaba bueno pero tampoco es para tirar cohetes. La ración de sopa castellana, pregunto si es mucho, como para 1 o para 2 y me dicen que según si somos de comer mucho o no. Y al final es un cuenco de desayuno... Ridiculo. Lo único acorde al precio era el postre (ponche segoviano) que estaba muy bueno y bien servido. El servicio es bastante bueno también, de eso no tengo queja. Mucho protocolo de cambio de platitos y de cubiertos pero al final se aprovechan de ser un enclave turístico.

Una buena experiencia gastronómica, los judiones espectaculares y el cochinillo con patatas igual . La vista desde la terraza es muy buena y agradable sin embargo si hace viento mejor adentro en el agradable salón El flan con helado es muy bueno. Coincido que no me gusta que se me cobre el pan cuando no lo has pedido. Sin embargo volvería

Habíamos leído sobre este restaurante antes de visitar Segovia pero justo lo encontramos por casualidad como un alto en el camino y no tuvieron problema alguno para encontrarnos sitio con toda la amabilidad del mundo. Desconocían mi problema de disfagia y que, por esta razón, he de ser previsible en mi posible menú, a pesar de ello, no tuvieron inconveniente alguno en cubrir mis necesidades. Un lugar muy calentito en el frío día de nevada. Degustamos el mejor paté de cochinillo que nunca he probado, se deshacía en el paladar y un sabor exquisito. En segundo lugar, mi marido tomó unos judiones fantásticos y yo una crema de marisco con un sabor de lujo. El postre fue un ponche segoviano compartido del que pude probar su crema pastelera, natillas y, con algo de cuidado, el helado de turrón. Todo por un precio de unos 45 euros la pareja! En fin, una agradable experiencia que facilita la vida a quienes, como yo, tenemos alguna limitación al escoger lugar de comer. No dejéis de visitarlo! Merece la pena!

Muy recomendable el menú típico segoviano. Cuesta 29,50€ entre semana e incluye sopa castellana, cochinillo asado, natillas con florón, pan y vino (se puede cambiar por otra bebida). También tienen menú del día por 18€ para elegir entre 4 primeros y 4 Segundos, incluye pan, bebida y postre o café. El servicio es atento y simpático. El local es grande y tienen terraza con bonitas vistas.

El cochinillo estaba buenísimo: crujiente por fuera y jugoso por dentro. Muy sabroso, aunque para mi gusto prefiero una salsa un poco más ácida para equilibrar la grasa. Mi hija elogió las chuletitas de cordero lechal. Probé una y estaban muy buenas, solo un poco crudas. El ponche segoviano com helado no estaba mal. Normalito. El servicio es muy eficiente. El ambiente es agradable, pero un poco ruidoso.

Era mi segunda vez en este restaurante y traje a mi amiga para que pruebe las especialidades segovianas. La comida riquísima, pedimos el menú de degustación (35€ cada uno) que incluye su mejores platos- el cochinillo, los judiones, y el ponche. Nos atendió Carol, era muy profesional y amable, de verdad un placer. Es recomendable hacer reserva con que popular está el sitio. Diez puntos!

Lugar con encanto y atención especial. La comida estaba sabrosa y muy bien cocinada. Sabor exquisito. La atención por parte del personal excepcional. Nos pusieron en una mesa pegada a la ventana con unas vistas inmejorables. ¡Volveremos pronto! Un placer desgustar la comida Segoviana con tanta calidad y atención. Perdimos dos menús degustación y postre típico siguiendo recomendaciones del personal.